Aquí os dejo la grabación de la lectura del capítulo 8 de "Platero y yo". Os dejo también la versión escrita para que podáis leer el texto y escuchar el audio a la vez.
Mi propuesta de actividad sobre este texto sería la siguiente:
Mi propuesta de actividad sobre este texto sería la siguiente:
- En primer lugar, con la primera escucha del texto les pediría a los alumnos que escribieran una lista de palabras que ellos consideren clave para entender el texto. También, evidentemente, podrán anotar las palabras que más les llamen la atención y que no hayan comprendido ni siquiera por el contexto. El texto incluye vocabulario bastante complejo y de uso poco frecuente por lo que es muy probable que haya un gran número de palabras que los alumnos desconozcan.
- Tras haber escuchado el audio del texto por segunda vez, les pediría a los alumnos que resumieran el contenido de este, o al menos , lo que hayan logrado entender al respecto.
- Tras haber realizado ya al menos dos escuchas del texto (o las que sean necesarias), les entregaría a los alumnos el texto por escrito. Les pediría que debatieran acerca de a quién creen que se está refiriendo el narrador en el primer párrafo con las expresiones del tipo "¡no te asustes, hombre!".
- Por último, les pediría a los estudiantes si pueden descifrar algún tipo de enseñanza moral en el segundo párrafo y que expliquen cómo han llegado a esa conclusión.
Ángela
Capítulo octavo: Judas
¡No te asustes, hombre! ¿Qué te pasa? Vamos, quietecito Es que están matando a Judas, tonto. Sí. Están matando a Judas. Tenían puesto uno en el Monturrio, otro en la calle de Enmedio; otro ahí. En el Pozo del Concejo Yo los vi anoche, fijos como por una fuerza sobrenatural en el aire, invisible en la oscuridad la cuerda que, de doblado a balcón, los sostenía ¡Qué grotescas mezcolanzas de viejos sombreros de copa y mangas de mujer, de caretas de ministros y miriñaques, bajo las estrellas serenas! Los perros les ladraban sin irse del todo, y los caballos, recelosos, no querían pasar bajo ellos...
Ahora las campanas dicen, Platero, que el velo del altar mayor se ha roto. No creo que haya quedado escopeta en el pueblo sin disparar a Judas. Hasta aquí llega el olor de la pólvora ¡Otro tiro! ¡Otro! ...Sólo que Judas, hoy, Platero, es el diputado, o la maestra, o el forense, o el recaudador, o el alcalde, o la comadrona; y cada hombre descarga su escopeta cobarde, hecho niño esta mañana del Sábado Santo, contra el que tiene su odio, en una superposición de vagos y absurdos simulacros primaverales.
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